Fui a caminar
a la Rambla. (Y no me propongo nada más porque después no lo cumplo).
Cuando volví me
puse a editar, y como estaba demorando mucho la compu en renderizar (mi compu
está rara, pero no hago nada hasta que termine las ediciones), subí a la azotea
a colgar ropa, una actividad sumamente peligrosa que decidí abandonar
definiftivamente. Nunca más cuelgo ropa. Me torcí el pie y me caí, lo que
significó 4 horas de médicos y radiografías. Pareció que me había roto el
peroné (bastante elegante, no sería lo mismo tener un juanete, o callos), pero
no. Por suerte, fue solamente un esguince. Hielo, reposo.
No llegué al
seminario de filosofía. Encima, eso.
Despedida de
Javier (ya se vuelve a Nueva York) en lo de Clarita.