11 de octubre de 2014, sábado.

Fui a las Brujas a buscar a Lautaro, lo había anotado para hacer un taller en el CCE. Lo llevé al taller y luego lo fui a buscar, estaba contento de haber ido, le gustó mucho. Lo vinieron a buscar a eso de las ocho, porque yo se lo había pedido a Marce e Ivonne, y eso porque me confundí la fecha… (Mi cabeza está en otro lado), le dije a Sofi y a Julio que era el cumple de Fer, así que nos vestimos y fuimos al fac, a eso de las nueve… raro, estaba todo oscuro. Ni bajamos, evidentemente, no había nadie. Entonces pensé que podría haberme confundido… y enseguida me di cuenta que seguramente me había confundido. Volvimos a casa, Julio y Sofi bastante desilusionados y un poco enojados conmigo. Y bueno. No lo hago a propósito, cada vez que vayan a hacer algo conmigo deberían verificar si todo está en su lugar, las fechas, los horarios. No es raro que me confunda, no me fijo bien. Si me invitan a algo, por ejemplo, a las 14, me puede quedar fijado el número 4 y pensar que la cita era a las 4 de la tarde. Ya lo sé porque me ha pasado. Si algo es en setiembre, puedo pensar en octubre que es setiembre o viceversa, y confundir la fecha. Por eso pila de veces, si me acuerdo, anoto las fechas en el recordatorio del teléfono, aunque tampoco es una gran garantía… a veces le saco el volumen al teléfono porque me molesta recibir demasiados avisos de whatsapp, por ejemplo, y me olvido de volver a ponerle volumen, y ya me quedo sin recordatorios, sin acordarme de nada, sumida en un desconcierto total. (Me gusta esa palabra, desconcierto... sin concierto, desconcertada... me imagino a mí misma con los ojos muy abiertos).