Llamé a la Escuela
de Jardinería, y le expliqué el asunto de las firmas a la mujer que me atendió –una
funcionaria “importante”. Me dijo que “ya lo sabía”… yo no podía creer lo que
escuchaba. “Ah, si… el director no ha ido a certificar la firma, le voy a
avisar para que no se olvide, me podés llamar dentro de una semana”, hace tres
meses que Ale está moviendo esto. Una
semana para que vaya a firmar, le pregunté, asombrada. En fin. No puedo
discutir con esa clase de personas porque el único resultado es que me enojo yo
y no consigo nada de lo que necesito.
Tenemos un
pajarito que nos visita todos los días, entra a la cocina, al living, y se para
en el brazo de Sofi, en el respaldo de la silla, si lo dejamos picotea de los platos cuando comemos.
De noche llamé
a Cora para felicitarla por su cumple, no fui, no estaba afín de ver mucha
gente.
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