Mecánico. Fui
a ver a Butiá y me dio mucha pena, estaba atada, con el rabo entre las patas y
súper achicada… me decidí a llevarla conmigo, no me gusta esa perra atada,
aunque entiendo que no quieran que se haga amiga de todo el personal y que
alguno se la lleve, como ya ha pasado con otros perros, que desaparecen… pero
Butiá es una perra muy querida que estaba acostumbrada a estar suelta.
Volvimos a
Montevideo. Estoy peor del resfrío. El baño del domingo y el sol del lunes no
deben haber sido buenos para mi salud. Qué embole.
Pasamos por
Piriápolis, por Antel, yo tenía que entregar unos papeles… había gente y
demoraron en atenderme un buen rato. Cuando se fue la gente me di cuenta que
era una mujer de esas que va a vender ropa y bijouterie… Odio las oficinas
públicas y los empleados públicos… no a todos, claro.
De noche…
inauguración de Maggie, Gran Premio Figari!
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