Salimos
temprano para Montevideo. Extraño mi casa, mis cosas. Además tenía cuentas que
pagar, gente que ver, y muchas más cosas que hacer. Por ejemplo, tirarme en el
sillón a ver una peli.
Sigo sin
cámara, pero estoy sacando fotos con el teléfono. No sé si comprar otra cámara
o quedarme con las fotos del teléfono, y tener una cosa menos que llevar en la
cartera, una cosa menos para olvidarme, una cosa menos para perder. Entonces en
vez de comprar una cámara compro un teléfono mejor que el mío, que saque buenas
fotos, o una tablet.
Montevideo
está desierto, como siempre en Enero.
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